Se trata de un talismán o amuleto, diseñado en forma de ojo, que indica protección espiritual. La creencia en el ojo se remonta a la antigüedad clásica griega, al menos al siglo VI a. C. Se hace referencia a él en Platón, Hesíodo, Plutarco
“Para evitar confusiones… sabemos que las piezas lucen geniales, pero son doradas, no oro”